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domingo, mayo 20, 2007

Las Soledades

Luis de Góngora planeaba componer cuatro soledades, en las que cantaría a los campos, a las riberas, a las selvas y a los yermos. Sólo compuso dos, y la segunda la dejó inconclusa. Utiliza la métrica renacentista, las silvas, y recrea los tópicos clásicos, como el "locus amoenus". En su tiempo no fue comprendido y estos versos le valieron el título de "príncipe de las tinieblas". A finales del siglo XIX, poetas como Verlaine empiezan a valorar esta poesía y el "Grupo del 27", mal llamado "Generación", le rinde honores en el tricentenario de su muerte. Es interesante la edición crítica de las "Soledades" que hizo Dámaso Alonso, mejor crítico que poeta.
SOLEDAD PRIMERA  (PARTE I)

Era del año la estación florida
en que el mentido robador de Europa
-media luna las armas de su frente,
y el Sol todos los rayos de su pelo-,
luciente honor del cielo,
en campos de zafiro pace estrellas,
cuando el que ministrar podía la copa
a Júpiter mejor que el garzón de Ida,
-náufrago y desdeñado, sobre ausente-,
lagrimosas de amor dulces querellas
da al mar; que condolido,
fue a las ondas, fue al viento
el mísero gemido,
segundo de Arïón dulce instrumento.
Hay que seguir leyendo: Es otro día venidero