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sábado, febrero 18, 2006

Los malostratos

Mi amiga betty http://adiosmicorazon.blogspot.com/ me pide que escriba sobre los malostratos, problema que siempre ha existido pero que va adquiriendo unos tamaños y unos tintes escalofriantes. Le dije a mi querida blogamiga que no me sentía capaz en estos días, tristes para mí por un sinfín de razones, de escribir una historia sobre el maltrato, que no tenía que inventarme, por cierto, ya que conozco casos, desgraciadamente.
Hoy me decido a ayudar a betty y a los demás amigos que están dejando su voz en la blogosfera para acusar a esos desaprensivos y decirles que no merecen estar en sociedad y que sus actos son rechazados por todo el mundo. Y también quiero contar una historia:
"Al pasar, casualmente, por delante de la televisión encendida, una noticia me ha hecho volver a la realidad y escuchar, estremecida: Unos padres, con la cara borrosa (por la verguüenza y por las lágrimas), han acusado de malostratos a su hijo adolescente. El chaval, al parecer, la emprendía a puñetazos y patadas contra ellos cuando no conseguía sus caprichos. La cosa no es de ayer ya que han debido de acudir al médico en varias ocasiones (me imagino, horrorizada, cómo se inventaban las excusas para que sonasen a realidad; todo menos aceptar su realidad). Las autoridades han tomado cartas en el asunto y han encerrado al chico en un centro para menores. Los padres ya no recibirán malostratos físicos ( de momento), pero la desesperación y la angustia interior les acompañará siempre ".
De verdad, de verdad, ¿es que no tenemos solución?
Me gustaría que los que leyéseis este posteo escribiérais sobre el tema en vuestros blogs: todas las voces son pocas.

domingo, febrero 12, 2006

El día de San Valentín

Día de San Valentín
A través de los siglos se han conjugado toda una serie de leyendas y tradiciones intentando explicar el origen de este día tan especial, aquí les acerco una de ellas:
En el año 270 d.C. Roma está en plena decadencia y toda ayuda es poca para evitar que el Imperio se desmorone. Al emperador Claudio III, que sabe lo que se juega en el campo de batalla, le da por pensar que los hombres casados rinden menos porque están emocionalmente ligados a sus familias, y que los solteros son mejores soldados. Así que prohíbe el matrimonio.Por supuesto, la noticia no es bien acogida.
Valentín, un obispo cristiano, decide quejarse a su manera y en secreto comienza a unir en sagrado matrimonio a las parejas de jóvenes enamorados que a él acudían. Cuando el emperador lo descubre, hace detener a Valentín e intenta convencerle para que renuncie al cristianismo. Como no lo consigue lo condena a morir.Durante las últimas semanas de su vida, algo impresionante sucedió: El carcelero, habiendo visto que Valentín era un hombre de letras, pidió permiso para traer a su hija, Julia, para recibir lecciones de él. Julia, que era ciega desde su nacimiento, era una joven preciosa y de mente ágil. Valentín le leyó cuentos de la historia romana, le enseñó aritmética y le habló de Dios. Ella vio el mundo a través de los ojos de Valentín, confió en su sabiduría y encontró apoyo en su tranquila fortaleza.
-"¿Valentín, es verdad que Dios escucha nuestras oraciones?" - le preguntó Julia un día.
-"Si, mi niña. El escucha todas y cada una de nuestra oraciones," le respondió Valentín.-
-"¿Sabes lo que le pido a Dios cada noche y cada mañana?. Yo rezo porque pueda ver. Tengo grandes deseos de ver todo lo que me has contado!".
Valentín le contestó:
-"Dios siempre hace lo mejor para nosotros, si creemos en El."
-"Oh, Valentín, yo si creo en Dios", dijo Julia con mucha intensidad.-"¡Yo creo!"
Ella se arrodilló y apretó la mano de Valentín. Se sentaron juntos, cada uno en oración. De pronto, una luz brillante iluminó la celda de la prisión. Radiante, Julia exclamó:
- "¡Valentín, puedo ver, puedo ver!".
- "Gloria a Dios!" exclamó Valentín.
En la víspera de su muerte, Valentín le escribió una última carta a Julia pidiéndole que se mantuviera cerca de Dios y la firmó:"De Tu Valentín", iniciando así la tradición de enviar mensajes de amor.Fue ejecutado al día siguiente, el 14 de febrero del año 270, cerca de una puerta, que más tarde fuera nombrada Puerta de Valentín para honrar su memoria. Fue enterrado en la que es hoy la Iglesia de Praxedes en Roma. Se cuenta que Julia plantó un almendro de flores rosadas junto a su tumba. Hoy, el árbol de almendras es un símbolo de amor y amistad duraderos.